La Casa

La propiedad es sinónimo de seguridad y más en los tiempos que corren. Cualquier menor de 30 años se siente afortunado (¡qué coño afortunado! ¡Se siente privilegiado!) de poder pagar una hipoteca y soñar con que algún día esas 4 paredes serán suyas y solo suyas. Sin embargo, La casa plantea una mirada perturbadora sobre el hogar, la posesión más preciada, el centro de nuestra vida; que da seguridad tanto en el pasado como en el futuro ya sea en forma de legado o de negocio, pero que también deshumaniza, encadena, ciega y está atada a las leyes del mercado. Continúa leyendo La Casa