La última película

Existe una tendencia en el mundo de la crítica artística a etiquetar a ciertas obras a través de sus parecidos e influencias. Esto puede ser útil, pues puede atraer una atención que quizá de otro modo no se conseguiría; sin embargo, también puede utilizarse de forma denigratoria, ensalzando una dinámica que siempre es de inferioridad (la segunda obra adquiere valor gracias a la primera, no por méritos propios). Es una reacción que se da por puro narcisismo de asociación con lo conocido (como si nos la quisieran dar con queso) y que, reiterado, impide ver una a realidad más compleja. Es una lacra que, tras más de un siglo de desprecio hacia los remakes, se podría haber puesto en cuestión mínimamente, pues la consecuencia última Continúa leyendo La última película