Ficha técnica:
Título original:
Jurassic World: Dominion
Director: Colin Trevorrow
Duración: 146 min
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Intérpretes: Chris Pratt, Bryce
Dallas Howard, Laura Dern, Sam
Neill, Jeff Goldblum, Isabella
Sermon, DeWanda Wise, Campbell
Scott, Mamoudou Athie, Omar Sy, BD
Wing, Dichen Lachman

Sinopsis: Cuatro años después de la destrucción de Isla Nublar, los dinosaurios ahora conviven -y cazan- con los seres humanos en todo el mundo. Este frágil equilibrio remodelará el futuro y determinará, de una vez por todas, si los seres humanos seguirán en la cúspide de los depredadores en un planeta que comparten con los animales más temibles de la creación.
Crítica
Siempre se ha dicho que las segundas partes nunca fueron buenas, así que teniendo en cuenta que estamos hablando de la tercera parte de una segunda trilogía, es difícil ir con las expectativas altas al cine. También es cierto que es muy difícil superar la famosa obra que inició esta saga en 1993 a la que Jurassic World: Dominion –en principio– pone fin. Esta tercera entrega es una película que los fieles admiradores del mundo jurásico van a disfrutar —más que Jurassic Park III, desde luego. Hecha y pensada para los nostálgicos — como las conexiones y referencias al resto de la franquicia demuestran—, une el pasado y el presente, un encuentro que hace emocionarse y cumple su propósito: entretener.
Una historia larga, pero que, gracias al buen uso del montaje alterno y a la combinación de escenas de elevada tensión con otras más tranquilas, sin abandonar en ningún momento la acción y la frenética aventura, hacen que el tiempo se pase rápido y que sea imposible aburrirse a pesar de la extensa duración. La combinación de acción, aventura y fantasía da pie a crear planos más locos y, así, (quizá) evitar ciertos formalismos necesarios en películas más serias o de géneros más realistas. Aun así, deben tener cierto sentido común y no se dejan llevar por la emoción o la improvisación, pero esta última entrega consigue regalarnos algunas instantáneas increíbles –como cuando se recrea el logotipo ya tan reconocido por todo el mundo– gracias al juego colores, luces, sombras y contraluces. Cabe mencionar la dificultad añadida en la (post)producción de películas con escenarios imaginarios, peleas entre dinosaurios, aviones que se estrellan en lagos congelados… que desde luego, una vez más, no defrauda. Todo ello acompañado de una banda sonora que rinde homenaje en varios momentos a la clásica y reconocida música de 1993 y que, a pesar de las veces que ha sido escuchada, aún pone los pelos de punta. Paralelamente a la trama humana y su lucha con los dinosaurios, –en la que el personaje de Jeff Goldblum usa su característico toque de humor para dar un respiro al angustioso camino de los protagonistas–, siguen existiendo los conflictos entre dinosaurios manteniendo esas luchas salvajes entre gigantescos carnívoros.
Jurassic Park tiene, en esencia –por supuesto sin comparaciones– ciertos aires a una de las películas de culto dentro del cine de terror, Alien, el octavo pasajero. En varias de las películas de la saga se mantiene, pero esta es una de las que más recupera ese espíritu de tensión, de no saber nunca dónde está el peligro, por dónde aparecerá el “monstruo”. Un monstruo al que también se le pueden encontrar algunas similitudes: boca enorme, dientes afilados, textura rugosa y una apariencia espeluznante. Además, el particular uso del silencio y la aparente calma que parece anunciar el peligro; el camuflaje en lugares oscuros, y su juego de luces y contraluces; y, por supuesto, algunos escenarios de cierta apariencia futurista, adjetivo aplicado a la época de cada película.
Un buen cierre, para una de las sagas más famosas del cine, con sus altibajos en algunas de las entregas, pero con un anhelado final, cerrando tramas de la primera trilogía como la historia de amor entre Alan y Ellie, que, a pesar de los años que han pasado, no ha caducado. Un final digno, pero sin demasiado riesgo. Se echa en falta derramar alguna lágrima por alguno de los protagonistas; al fin y al cabo, estamos hablando de dinosaurios y los protagonistas de Jurassic World: Dominion no pasan precisamente por un camino de rosas. Si descubres la saga ahora, es una película que desde ciertos aspectos técnicos-espectaculares, puede merecer la pena; aunque, si quieres disfrutarla, apreciarla y entenderla al completo, será necesario que eches un vistazo atrás y descubras como comenzó todo.