Crítica ‘Los Fabelman’

Puntuación: 4 de 5.

Si en West Side Story Steven Spielberg firmaba su particular carta de amor a su padre, en Los Fabelman gira su cámara hacia su madre… Y entonces todas las piezas encajan. Encuentros en la tercera fase, E.T., Indiana Jones y el templo maldito,… La familia desestructurada siempre estuvo ahí. Pero nunca fue la ausencia de la figura paterna, sino el desprecio por la ruptura de la Arcadia Feliz.

Con la autoficción como escudo, el realizador de E.T. rescata diversos momentos de su infancia para explorar las tres relaciones que han marcado su vida: la maternal, la cinematográfica y el fino hilo que une a ambas. Se podría establecer una cuarta con el judaísmo, el otro gran aspecto de su infancia con el que tuvo que ajustar cuentas ya de adulto.

Spielberg rueda a Michelle Williams (intérprete que otorga rostro, cuerpo y alma al alterego de la madre de Spielberg) como si fuese un ser de luz —la iluminación de Janusz Kaminski es feérica y mágica, al tiempo que tiene la capacidad de transformarse en western o en una glacial noche de invierno—; un ser de luz imperfecto, marcado por el deseo y algunas malas decisiones, pero que, en esa imperfección, encuentra la expresión más genuina de todas. Su madre es esa mujer con alma de artista y emoción en la piel que se vio atrapada en un matrimonio y en una vida que, de repente, no le pertenecía; el padre, en cambio, es representado como alguien que se expresa mejor con ordenadores que con las personas, que habla en científico y cuyo manejo de los sentimientos, propios y ajenos, deja mucho que desear.

No obstante, Los Fabelman no solo es el regreso nostálgico de Spielberg a su infancia, siguiendo la estela de Alfonso Cuarón, Paul Thomas Anderson, James Gray, Pedro Almodóvar, Carla Simón… Al contrario que todos los citados, la coming of age de Spielberg también es un manual de estilo. Como Hong Sangsoo en La novelista y su película, el veterano realizador se explica a sí mismo y expone los temas de su filmografía, sus influencias y su estilo. Es más, casi toda la tesis de la película se concentra a través de un único plano: aquel en el que un joven Sammy Fabelman se imagina a sí mismo grabando el momento en el cual sus padres anuncian su divorcio, con el espejo del salón como pantalla de cine y el reloj detenido. El cine como escapismo, como salida de una realidad asfixiante, pero también como método para enfrentarse a esa realidad. Y la realización de ese cine como forma de ordenar, temporalmente, un mundo caótico, como simulacro. Pero, por encima de todo, Steven Spielberg como heredero del cine clásico y como encarnación honesta del cine popular.

Quizá su aproximación a los temas peca de autoindulgente y de excesivo romanticismo, tanto en la trama principal como en la referente a los bullies. Quizá. Pero siempre resurge una vena melodramática que termina por dejar eso en segundo término. Pues en la emoción falseada donde Spielberg encuentra la más profunda honestidad y es esa honestidad la que termina por alcanzar al espectador.

Spielberg vuelve a salirse de su habitual clasicismo para adentrarse en la posmodernidad, como ya es habitual desde Ready Player One. El simple hecho de la autoficción y del tratamiento explícito de la memoria asociado a la identidad ya es un acto propio de la modernidad; sin embargo, los chistes visuales, los cambios de formatos, los juegos con lo meta o la introducción de fragmentos de El espéctaculo más grande del mundo y El hombre que mató a Liberty Valance logran aterrizar con gran profundidad. Los Fabelman es la segunda parte de un díptico en la que Steven Spielberg rinde tributo a su familia. Dos películas que demuestran que el niño prodigio de Hollywood sigue siendo, a sus 76 años, uno de los cineastas más en forma del panorama actual. Y, por eso, da gracias a su madre.


Título original: The Fabelmans Duración: 151 min País: Estados Unidos Idioma: Inglés Director: Steven Spielberg Guion: Tony Kushner, Steven Spielberg Productores: Tony Kushner, Kristie Macosko Krieger, Steven Spielber, Josh McLaglen, Carla Raij Fotografía: Januzs Kaminski Montaje: Sarah Broshar, Michael Kahn Música: John Williams Intérpretes:Michelle Williams, Paul Dano, Gabriel LaBelle, Seth Rogen, Judd Hirsch, Mateo Zoryon Francis-DeFord, Julia Butters, Jeannie Berlin, Oakes Fegley, David Lynch.

Sinopsis: Ambientada a finales de la década de 1950 y principios de los años 60, un niño de Arizona llamado Sammy Fabelman, influido por su excéntrica madre, artista, y su pragmático padre, ingeniero informático, descubre un secreto familiar devastador y explora cómo el poder de las películas puede ayudarlo a contar historias y a forjar su propia identidad.


Universal Pictures Spain

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