El segundo largometraje de Paul Urkijo Alijo se presentó, sin mucha anticipación, en el Festival de Sitges de 2022. La premisa no podía ser más estimulante. El regusto de la cinta de clausura de la edición anterior del festival catalán, El caballero verde, y el temor al fracaso de la gran obra de fantasía épica del año, El hombre del Norte, amenazaban la presentación; sin embargo, Irati reinó en Sitges. Su mezcla ritual de imágenes románticas, iconografías cristianas, paganas y romanas y aventuras de espada y brujería han hecho de la cinta un pequeño fenómeno en la industria. Hoy, conversamos con su director y actor protagonista.
Entrevista realizada junto a Jordi Izquierdo de Cinemoteka, Carlos Peneda de Latidos por el cine y Marta Pedraza de Magazinema en el Festival de Sitges 2022.
Pregunta.: Es un historia popular, pero que quieres transmitirla a través de la gran pantalla ¿Cómo nace Irati?
Paul Urkijo.: Bueno, digamos, que yo siempre he querido contar la historia… una peli con ese compendio de mitología vasca, que es algo que siempre he mamado desde niño. Cuando mis padres me llevaban al bosque, al monte, a las cuevas, me decían aquí vive Mari, aquí viven las lamias en este río, en este bosque vive Basajaun. Y siempre he tenido en la cabeza que quería mostrarle al mundo esa cosmogonía que tenemos. El Ciclo de Irati es un cómic que salió de los 90, que habla un poco de ese mundo, pero sobre todo bebe de esa fuente mitológica; entonces, yo utilicé el cómic como excusa para poder acceder a la fuente y construir un relato completamente diferente, en un tono diferente, pero que habla un poco de esa fuente original, que es la mitología. Entonces, nace de esa pasión y ese amor hacia ese mundo mitológico e histórico.
P.: Y hacia la naturaleza…
P. U.: Sí, porque esas deidades están profundamente arraigadas, son representaciones de ese mundo en el que los antiguos vivían y que les daban tanto la vida como la muerte. Entonces, para mi era muy importante, poder rodar en localizaciones naturales que representasen ese mundo. A parte, en el País Vasco tenemos unos lugares maravillosos, enormes. Yo quería hacer una gran película épica y esos parajes se convierten en actores protagonistas.
P.: Irati es un encaje de elementos clásicos de las aventuras
P. U.: Yo siempre he sido un apasionado de la espada y brujería: Excalibur, Legend, Jason y los argonautas, Conan el bárbaro… Eso es lo que siempre me ha gustado y lo que siempre he querido hacer. Entonces, siempre hay esos elementos el tesoro, las batallas, las peleas, el romance… Y quería hacer una gran película épica, a nuestra dimensión, pero que pudiéramos hacer nuestra versión de la espada y brujería.
P.: ¿Ha sido un reto para ti la preparación de este personaje?
Eneko Sagardoy.: La preparación fue increible. Nunca pensé que, por el tipo de papeles que he hecho, me fueran a ofrecer el papel de rey, con esos caballos. Cuando Paulo me lo dijo hace ya muchos años, para mi fue muy emocionante, porque no pensé que ningún director de casting, ningún director, me viera en un papel así. Así que fue muy divertido hacer de diablo con él, así que porqué no esto. Así que muy agradecido. El comer mucho e ir al gimnasio luego ayudó mucho a aguantar el rodaje, que físicamente, no solo por las peleas, fue durísimo. No es esta cosa de «he engordado no-sé-cuantos-para-hacer-de». Creo que era pertinente, creo que ayuda a la historia y, para mi, pues muy curioso verme así.
P.: La mujer termina teniendo un papel protagonista…
P. U.: Sí. De repente, la prioridad de Eneko se convierte en defender ese mundo que es un legado que está despareciendo y que, de alguna manera, Irati representa. Su misión principal se convierte en secundaria y es defender ese mundo mitológico donde la diosa madre es lo más importante, que representa la Madre Tierra que es donde vivimos, que tenemos que preservar
P.: La película es cine épico medieval y resuenan títulos como Conan, Excalibur, Gladiator, El Reino de los Cielos, Braveheart… El inicio es muy similar al de Braveheart ¿has tirado de filmografía para Irati?
P. U.: Todas las películas que has citado me chiflan. Soy más de peleas a espada que con pistola. siempre me gustan más los duelos a espada que con pistola. A mi me suele pasar que me doy cuenta después. Al final, somos producto de todo lo que hemos devorado y luego lo vomitamos escupimos con nuestro propio filtro. Y es lo que sale y seguramente puedas encontrar miles de referencias a otras películas. Si se encuentra algún ápice de amor y se puede conectar con ese tipo de películas y con la pasión por ese tipo de películas, apra mi es totalmente cierto que están ahí esas referencias.
P.: Técnicamente es una película clásica, ¿cuales han sido los retos? ¿Y por qué tomar la decisión de volver a algunas estéticas clásicas?
P. U.: Bueno, es que yo me quedé ahí. En mi niñez, yo soy de los 80, yo en mi niñez es lo que se me quedó imprimido. Luego he disfrutado con todo el fantasy que se han hecho después, El señor de los anillos y todas las películas internacionales que se han hecho. Pero yo me quedé ahí y esto siempre ha sido lo que yo he querido hacer. El rodaje fue muy complicado íbamos a mucha velocidad, porque, aunque parece una gran película, no hemos tenido un gran presupuesto. Con tantos figurantes, batallas, localizaciones naturales, peleas, CGI… Entonces, yo también tenía que jugar a mostrar esos momentos mágicos de manera inteligente: sugerirlos mas que enseñarlos y buscar esa poética con el lenguaje. El rodaje íbamos volando. Todo el equipo se dejó la piel. Un equipo de titanes, una horda de guerreros y guerreras. Además, se impregnó el rodaje de una energía muy bonita, porque a todo el mundo le importaba lo que estábamos contando y pudimos sacarlo. Pero fue muy duro e íbamos muy rápido.
P.: ¿Cómo fue vuestra relación a la hora de abordar el personaje?
E. S.: Sí, lo bueno es que ya somos amigos y hacer películas siendo amigos también cambia mucho. Lo que hicimos fue hablar mucho sobre el personaje, sobre los motores, sobre cada frase, sobre cómo sintetizarlo, sobre qué quería decir cada cosa, sabiendo que el rodaje iba a ser eso. Entonces, cuando está ese trabajo previo, con muy pocas acotaciones, estábamos en sintonía. El arco del personaje es increíble. Aunque por fachada siempre se mantenga, el pasa la película de no creer en los cuentos a decir que todos los cuentos que le contó su padre son verdad. Entonces, hacer eso creíble sin perder la compostura de rey y ver eso estaba ocurriendo.
P. U.: Sí y fue muy bonito el «Vale, tenemos unos personajes que pueden parecer tópicos porque estamos con unos códigos cánones», pero gracias a esas conversaciones conseguidos darle una dimensión a ese arco, que fuera creíble, que fuera bonito y emocionante.
P.: Como el vestuario y el maquillaje se mueve mucho a lo largo de una película, ¿había algún elemento que fuese indispensable?
P. U.: A parte de toda la caracterización de los personajes, que nos lleva a esa Edad Media que se aleja de ese mundo de las cruzadas. Se acerca casi más a los romanos donde toda la simbología cristiana no está del todo establecida y se entremezcla de forma sincrética con las deidades paganas. Entonces, era ese mundo oscuro el que queríamos contar. Entonces, vemos que Eneko va vestido de un señor, con una cota de cuero que casi parece romano. Y luego, para mí, ha sido muy importante el trabajo de Nerea Torrijos haciendo el vestuario porque ha intentado buscar materiales, la forma de trabajar que fuera todo hecho a mano para que fuera todo creíble. Y, sobre todo, el trabajo de Mari, de la diosa Mari, que representa de alguna manera esa urdimbre de la naturaleza que todo está conectado, esa líneas, esas raíces sanguíneas, que se arraigan en el mundo. Para mi era superimportante y el trabajo de Nerea haciendo el vestido de Mari es impresionante y fundamental.
P.: ¿Cómo fue la planificación y el rodaje de la batalla inicial?
P. U.: La batalla se rodó en un día. Es lo que decía del presupuesto, tuve la manera de contar una batalla de forma que fuese posible. Entonces, en la primera semana de rodaje hicimos: un día la llegada de los francos, la línea de los francos; otro día, todo lo de los vascones en el bosque; luego, un día solo para la bajada de los vascones, que rodábamos con un quad; y un día solo para el plano secuencia. Lo que hicimos es que, como yo no puedo ponerme a rodar con nosecuantas cámaras, fue empezar, además de manera simbólica, en el barro que se va llenando de sangre, que es el pacto de sangre por sangre. Entonces, comienza con la tierra encharcándose de sangre y a la altura de los pies de los soldados, que están absolutamente coreografiados; y, luego, si el camino son 15 metros, ir haciendo 5 metros, 5 metros y 5 metros, como un falso plano secuencia para que funcionase. Además de todo lo del final, todo so se rodó en un único días. Pues con todos esos figurantes y con lluvia, pues es carísimo y tuve que hacerlo en un día
P.: Has hablado de influencias cinematográficas, pero ¿hasta qué punto las pictóricas también han sido importantes?
P. U.: Totalmente, Goya es mi pintor favorito y no podía perder la oportunidad de hacerle un homenaje. Luego también hay mucho simbolismo, porque Saturno es el marido de Gea y Gea es la dios Madre. Entonces hay una lectura mitológica. También está la pintura romántica, todo ese mundo romanticista de naturaleza, bucólico, pero también ese mundo más barroco y contrastado, tenebrista, que en Errementari también jugaba con ello porque es lo que me gusta, porque es lo que me gusta, que los personajes estén en negro, en ese mundo oscuro y Goya es una de mis grandes referencias.