Sitges 2021. Crónica #7

La jornada comenzó tarde con Agnes, comedia existencial sobre exorcismos y crisis de fe. Su principal problema subyace en un final anticlimático y un cambio de tonos, ideas y puntos de vista constante y poco orgánico que estorba más que aporta. No obstante, la crítica a la fe y su dogmatismo se construye en oposición a El exorcista —los primeros minutos recuerdan mucho a la obra de William Friedkin- y, por otro lado, algunos de sus momentos cómicos están muy bien construidos.

En The Blazing World, la debutante Carlson Young expande (a veces, se siente que en exceso) su propio cortometraje homónimo. Escritora, productora, actriz principal y directora, la joven estadounidense, que presentó la película en una sala Tramuntana casi llena, introduce al espectador en un universo tan particular como colorido. Cercano a la Alicia en el País de las Maravillas de Disney, es también un viaje de autodescubrimiento y maduración personal a través de la superación de los traumas de la infancia y, como en la obra animada, hace del color su principal atractivo, a través tanto de la fotografía, como del arte, vestuario o efectos especiales, hasta convertir a la obra en un viaje lisérgico particular y personal.

La opera prima de la guionista de televisión Stacey Gregg, Here Before, es un thriller psicológico muy bien construido sobre la pérdida de una hija que hace valer sus escasos 82 minutos. Protagonizada por Andrea Riseborough, que a cada cinta demuestra su inmenso talento en el género tras consagrarse con Mandy y deslumbrar con Possessor, y Niamh Dornan es en la relación entre sus dos personajes, la madre en duelo y la hija de la vecina, donde reside el corazón del relato y la fuerza de la película. Con una estética muy británica, tanto en su fotografía como en sus localizaciones y diseños de arte y vestuario —tiene un aire similar a algunas series de la BBC — , la película permite a su directora y a la actriz infantil irrumpir con fuerza en el mundo del largometraje, mientras que su actriz protagónica demuestra una vez más lo infravalorada que está.

Por último, Demonic de Neil Blomkamp (Distrito 9, Elysium) contaba la historia de una mujer que se verá perseguida por el demonio que atormentó a su madre. Aburrida, plana y excesivamente simple, es en las secuencias de la simulación donde alcanza sus picos de interés. Conveniente a ratos y con una fotografía que recordaba a las películas de sobremesa, es una película que puede resultar un pasatiempo efectivo, si bien no va a ir mucho más allá.

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