Ficha técnica:
Título original: Rapa
Creador: Pepe Coira, Fran Araújo
Duración: 6 ep. x 50 min
País: España
Idioma: Español
Intérpretes: Javier Cámara,
Mónica López, Lucía Veiga, Mabel
Rivera, Eva Fernández, Jorge
Bosch, Toni Salgado, Paula
Morado, Nacho Castaño,
Ricardo de Barreiro, Berta Ojea,
Santi Prego, Víctor Mosqueira

Sinopsis: Amparo Seoane, la alcaldesa de Cedeira y la mujer con más poder de la zona, es asesinada. Investigar el crimen va a convertirse en una obsesión para Maite, sargento de la guardia civil, y para Tomás, único testigo del asesinato. Para Maite, buscar al asesino es una obligación, es su oficio. Para Tomás, que es profesor de Literatura en el instituto y a quien nadie ha dado vela en este entierro, es la oportunidad –posiblemente la última– de vivir una historia como las que le apasiona leer, y quizá así poder contarla. Ambos abrirán una investigación que afectará al conjunto del pueblo. Todos, de un modo u otro, estaban relacionados con Amparo. Todos tenían algo que ganar o que perder con su muerte.
Crítica
La Rapa es una tradición de diferentes municipios gallegos -la más conocida y que da nombre al resto es la Rapa das bestas de Sabulcedo- en la cual se reúnen a lo caballos salvajes de la zona para desparasitarlos, curarlos y cortarle las crines. El trabajo se desarrolla en un corral, donde un grupo de hombres reducen al animal con sus manos desnudas. Es una tradición de varios siglos de antiguedad y que, como otras fiestas folcóricas, se caracteriza por el enfrentamiento entre lo humano y lo animal. Y será esta dicotomía la que vertebre temática y dramáticamente la serie.
La historia que se despliega en la serie tiene la estructura de un curro. En un primer momento, nos encontramos en la sierra donde ocurre el asesinato de la alcaldesa; el resto, ocurre en Cedeira (o, en menor medida, en Ferroll), donde, poco a poco, tanto como la detective de la Guardia Civil (Mónica López) como el profesor de Lengua y Literatura del instituto local (Javier Cámara) irán cercando al culpable hasta reducirle. La dialéctica entre lo salvaje y la civilización, presente en todas las ficciones policiacas, no solo se circunscribe al enfrentamiento entre el criminal y las fuerzas del orden, sino que se amplia a la psicología de los personajes principales y a la política y a la cultura de la ciudad. Es ese pulso el que mantiene el vilo a lo largo de la serie, incluso cuando el misterio de quién es el asesino ha desaparecido.
Esta investigación policial servirá, por otro lado, como proceso de limpieza y desparasitaje cultural y social. Los trapos sucios, las mentiras y las corruptelas saldrán a la luz de lo más profundo de la ciudad. De cierto modo, la serie se hace eco de una pulsión tan humana y universal como contemporánea: la búsqueda de la verdad; una pulsión personificada en el personaje de Javier Cámara. Eso comienza con una crítica a las apariencias, impuestas por uno mismo (Tomás, Maite, Amparo Seoane) o por el resto (Paquita y el hijo de la alcaldesa). Pues, reiteradas, las máscaras, personales o colectivas, se hacen reales; de esta forma, propone un revisionismo del relato histórico y de aquellas verdades que consideramos objetivas. A través de esa perspectiva accedemos a uno de los temas fundamentales, la violencia de género y su profundo arraigo en la cultura y la Historia; pero también está la corrupción, el caciquismo y la falsedad social.
El creador y el director de Hierro, junto a Fran Araújo y Elena Trapé, entregan un thriller notable similar a su anterior trabajo. En ambas producciones, estamos ante una «extranjera», de mediana edad, que explora, junto a otro personaje opuesto a ella, las particularidades locales de una calmada localidad española (en el caso de Rapa, dos extranjeros de larga residencia) y, en sendas producciones, estamos ante una impronta formal similar, con imágenes que deambulan entre la espectacularidad fotográfica y la narración. Una fórmula que, de momento, sigue funcionando bien, pues la serie engancha. En gran medida lo logra gracias al retorcimiento de la trama —con un final cerrado, pero con los suficientes cabos sueltos como para permitir una segunda temporada—, pero también a su pareja protagonista y al calado temático actual. No obstante, sabe distanciarse, aunque no exceso, para evitar las comparaciones: al contrario que la serie protagonizada por Candela Peña, es una historia centrada más en el por qué que en el cómo o en el quién.
Rapa busca ocupar el hueco que dejó la finalización de Hierro, una de las series más vistas de los últimos años en Movistar+, sin muchos cambios y con los mismos aciertos. Un thriller notable con un solvente telón de fondo social y político en la misma línea que sus trabajos anteriores. Una obra cómoda de ver que da más de lo que aparenta.