Undergods

Ficha técnica:

Título original: Undergods

Directora: Chino Moya

Duración: 92 min

País: Reino Unido

Idioma:  Inglés

Intérpretes: Johann Myers,

Géza Röhrig, Michael Gould,

Hayley Carmichael, Ned

Dennehy, Khalid Abdalla, Eric

Godon, Tanya Reynolds, Tadhg

Jan Bijvoet, Kate Dickie,

Sam Louwyck

Filmin

Sinopsis: Un viaje sobrenatural a través de una Europa en declive, que reúne una serie de historias oscuras y fantásticas sobre una colección de personajes malditos.

Crítica:

La ciencia ficción no ha tenido el mayor predicamento en la industria española, pese a que la primera gran película del cine español —Hotel Eléctrico de Segundo de Chomón— se inscribe dentro del género. Desde entonces, ha sobrevivido en los márgenes gracias al ingenio y las ideas de cineastas como Álex de la Iglesia, Juan Piquer Simón, Alejandro Amenábar, Eugenio Martín o Nacho Vigalondo. Underdogs aparece, entre la bruma, con intención de colarse en ese pequeño panteón.

Lo primero que llama la atención, no obstante, es que esta opera prima es una coproducción entre Reino Unido, Bélgica, Estonia, Serbia y Suecia. Pese a que su director es español, el realizador madrileño afincado en Londres Chino Moya, no recibió ayuda económica de ninguna empresa o institución española. Una cuestión que quizá debería hacer que la industria española se plantee cosas, pero que tiene un aspecto positivo: como estéticamente está más cercana a la producción independiente británica que a la cinematografía española, adquiere un carácter exótico que le servirá para destacar, sobre todo, en esta última.

Undergods es una película pretenciosa, en la lectura positiva del término y en la negativa. Es una obra ambiciosa, formal y temáticamente. Chino Moya pretende advertir del futuro de Europa y lo hace a través de una imaginería tan cotidiana como extraordinaria. No hay nada en esta película que no sea común en nuestro día a día; por ello, el apocalispsis está en el tono, opresivo desde la soledad, y el tono está en los paisajes. De los cuadros de Chirico a Cuarón, pasando por el Blade Runner de Denis Villeneuve, lo etéreamente industrial de Cabeza borradora, los cómics de David Sánchez y la propia estética publicitaria, las ciudades desiertas y la bruma se funden para crear un tono opresivo que empapa hasta los huesos de los personajes. Este imaginario visual, a cargo de David Raedeker —a quien ya descubrimos en The Souvenir de Joanna Hogg— de influencias multidisciplinares se configura como lo más atractivo de la cinta. La meticulosidad y la pulcritud de una puesta en escena y de un mundo que no necesita de grandes cachivaches para triunfar se complementan con una banda sonora sintética de Wojciech Golczewski, que bien puede recordar a la mencionada película de David Lynch o al trabajo de Cliff Martinez con Nicolas Winding Refn.

Por otro lado, también es engañosa, pues aparenta ser más de lo que es. Sus temas resultan muy escasos (la falta de empatía, la desintegración de la familia y el ser humano como animal carroñero como mantras que se repiten una y otra vez, sin apenas variaciones) para una distopía que pretende diseccionar la sociedad actual. Se queda muy corta —ya sea de forma voluntaria o no— en su discurso, quizá porque había un mayor interés en la imagen que en el relato. En esta película no están esas grandes observaciones sobre el devenir de Europa o de la humanidad que el tono y el aparato visual parecen prometer. Una decepción que se suma a una reiteración constante de situaciones similares que genera la sensación de estar en una rotonda y a unos personajes de vida efímera, como elementos que lastran una cinta de gran potencial.

Undergods lo tiene todo para convertirse dentro de unos años en obra de culto dentro de la ciencia ficción española: un apartado visual inmaculado, una idea potente, un mundo distópico y un estreno maldito (y el hecho de que la ciencia ficción no es el género más cultivado en España). El tiempo erosionará aquellos aspectos más negativos y pulirá los positivos. Habrá que ver cómo evoluciona la carrera en el largometraje de Chino Moya, que esperamos que no se circunscriba exclusivamente a esta película, y en qué posición se coloca su opera prima dentro de esta; y también habrá que ver cómo evoluciona Europa. Recordemos lo que pasó con Contagio.

Filmin

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