Vaca, la cinta de Andrea Arnold estrenada a mediados de año, proponía un viaje documental a lo largo de la vida de una vaca lechera. En todo momento, la cámara se sitúa a la altura del animal y le seguía por los diferente lugares y momentos que marcan su rutina. Estrenada en el Festival de Cannes, donde ganó ex-aequo el Gran Premio del Jurado junto a Close, EO de Jerzy Skolimowski nos presenta a un burro. Si el documental de Andrea Arnold se relacionaba con las formas más radicales de naturalismo, el veterano cineasta polaco —84 años ya, 57 desde que debutó— se sumerge en el expresionismo que dio forma al cambio de siglo: Franz Kafka, Eduard Munch, Kandinski, Marx Reindhart, Egon Schiele, F.W. Murnau, Kirchner, Robert Wiene. Como el romanticismo antes que ella, esta corriente estética surge como reacción individualista a un movimiento artístico anterior; en este caso, son dos: el realismo y el impresionismo, sendos movimientos que buscaban la representación «hacia fuera», hacia el intento de aprehensión de mundo cambiante. Frente a ello, el expresionismo busca volver su mirada al interior de cada individuo, postulando que el mundo que les rodea es una proyección de sus sentimientos.
EO parece moverse en un puente entre el impresionismo y un expresionismo renovado. Por un lado, compartimos el punto de vista del burro y cómo él ve el mundo que le rodea, pero, por otro, también accedemos a ese mundo cambiante de una forma más o menos objetiva. Y es en ese equilibrio donde la película encuentra su modernidad formal.
Sin embargo, poco tiene que ver formalmente con el expresionismo alemán, traslado cinematográfico de las tesis. Más cerca está del mencionado Kafka en su retrato de un ser perdido en el mundo contemporáneo (no es la lectura principal, pero invito al espectador a leer la figura de Eo no desde la literalidad, sino como una actualización de Gregorio Samsa), más próximo de la opresión pesimista de su prosa que del tratamiento de la puesta en escena de Murnau, Lang, Wegener o Wiene. Su puesta en escena se expresa a través de las posibilidades del medio cinematográfico (angulaciones, colores, alturas, montaje, música, objetivos y un sinfín de recursos que acompañan al burro en su recorrido por Europa) y termina convirtiéndose en una de las más ricas en cuanto a sus imágenes de este año. Es tal su atrevimiento y su despliegue de imágenes que bien podría parecer un joven cineasta superdotado chuleando de su talento, buscando doblegar al mundo a través de sus imágenes; sin embargo, nada más lejos de la realidad. Es una obra madura, donde nada es gratuito y todo tiene su razón de ser.
Lejos quedan Robert Bresson, Baltasar y su ascetismo formal. Pero permanecen ideas, conceptos, una estructura similar y una crítica social que vuelve a estar presente porque nunca dejó de ser importante; solo se olvidó. Pero Jerzy Skolimowski nos lo recuerda: la intolerancia y la falta de empatía —que, al final, es la falta de humanidad— rigen un mundo donde el amor es un recuerdo y una zanahoria. Vivimos en un mundo agresivo y en una sociedad que no solo no tiene interés en corregirlo, sino que cada vez es más hostil. Eo lo recorrerá, vagando por distintos paisajes y conociendo distintos humanos. Los ojos de Eo son ingenuos, pero la cinta no es ingenua; es dura, de terror. El cineasta bebe, además de las primeras vanguardias históricas, de la tradición oral europea —esta confluencia es una muestra más de la madurez de las formas. Los cuentos cautelares que advierten sobre los peligros de la sociedad y el cineasta polaco lo tiene claro. EO, en última instancia, es un homenaje, un acto de amor a los animales y, en particular, a los burros. El cine, la mirada al Otro, nos salvará.
Título original: EO Duración: 86 min País: Polonia, Italia Idioma: Polaco, inglés, francés, italiano Director: Jerzy Skolimowski Guión: Jerzy Skolimowski, Ewa Piaskowska Productores: Jeremy Thomas, Jerzy Skolimowski, Ewa Piaskowska, Teo Casani, Ivan Kelava, Alinée Kent, Eileen Tasca. Fotografía: Michal Dymek Montaje: Agnieszka Glinska Música: Pawel Mykietyn Intérpretes: Sandra Dryzmalska, Lorenzo Zuorzolo, Mateusz Kosciukiewicz, Isabelle Huppert, Tomasz Organek
Sinopsis: El mundo es un lugar misterioso, sobre todo visto a través de los ojos de un animal. En su camino, EO, un asno gris de ojos melancólicos, se topa con buena gente y otra no tan buena, conoce la alegría y la pena, y la rueda de la fortuna transforma, según el momento, su buena suerte en desastre, y su desdicha en felicidad inesperada. Pero nunca, en ningún momento, perderá la inocencia.