No es el argumento lo que hace diferente a esta película. Su punto de partida es fácil y simple, pero no es lo que cuenta sino el cómo da forma a la historia lo que la hace especial. Un triángulo amoroso, un amor prohibido y una enfermedad sin tratamiento. Todos los elementos para un señor drama, de los de pañuelo en la mano. Sin embargo, la sutileza y la elegancia con la que el relato es narrado logran contener la emoción sin desbordarla en los momentos álgidos del film. Haciendo visible el alto nivel de delicadeza con el que su directora es capaz de rodar y abordar la temática a tratar.
La acción se desarrolla en la ciudad de Salé, en Marruecos, –donde se consigue crear una atmósfera marcada por la melancolía–, más concretamente en una tienda de Caftanes de la que Mina y Halim se han encargado toda la vida. Halim cose a mano los encargos de la clientela, mientras que Mina se encarga del mostrador, los proveedores y los pedidos. El matrimonio se enfrenta cada día a la enfermedad de Mina, los problemas de diarios con la tienda y un secreto guardado durante años que Halim intenta reprimir por todos los medios. Será la llegada de un tercer personaje, Youssef, en forma de entusiasta aprendiz lo que supondrá un punto de inflexión en sus vidas. El caftán azul narra dos historias de amor. Por un lado, Mina y Halim tienen una relación de amor, cariño, respeto y aceptación que han construido a lo largo de los años. Por otro lado, un ferviente y prohibido enamoramiento surge entre Halim y Youssef. La verdad en estos vínculos entre los personajes cobra sentido gracias a grandes interpretaciones. La bondad y honestidad en los ojos de Halim atraviesa la pantalla para conquistar al público. Mientras que Mina es caracterizada por la fuerza y rebeldía que corre por sus venas hasta el último momento. En Youssef es la timidez y la inocencia –quizá por la edad– la que caracteriza sus acciones.
Igual que los actores tratan a sus personajes, la cámara trata a sus composiciones. Delicadeza y dulzura se contienen en cada frame; como la luz que incide en los personajes o la forma en que está tratado el color de la imagen. Imágenes llenas de significativas miradas, mostrando con sensibilidad el carácter de cada plano. A todos estos elementos se le añade la calma y la forma pausada en que se desarrolla la trama lo que la puede hacer lenta y pesada sino logras entrar y empatizar con la historia la película. Aunque te permitirá admirar el oficio, el arte de la costura, las telas… Y la creación de un costoso, elaborado y exclusivo caftán azul, el cual da título a la cinta, guiando y acompañando esta historia hasta su –aunque previsible– emotivo desenlace. Poniendo en valor el arte, la dedicación y el duro trabajo de la artesanía, haciendo hincapié en los detalles, la trama avanza a la par que esta prenda se construye.
Tocando con valentía temas delicados, no es la primera vez que Maryam Touzani se adentra en la realidad oculta de su país. En su ópera prima, Adam (2019), ya se posicionaba reivindicativa hablando de las madres solteras. Repite con un tema tabú, en este caso la homosexualidad, gritando rebelde –aunque serenada– a favor del amor libre, en contra de una sociedad restrictiva. “No tengas miedo a amar” dice la protagonista en un momento de la película.
Título original: Le bleu du Caftan Duración: 122 min País: Francia, Marruecos, Bélgica, Dinamarca Idioma: Árabe Director: Maryam Touzani Guion: Maryam Touzani, Nabil Ayouch Productores: Nabil Ayouch, Amine Benjelloun, Sebastian Schelenz, Mikkel Jersin Fotografía: Virginie Surde Montaje: Nicolas Rumpl Música: Kristian Eidnes Andersen Intérpretes: Lubna Azabal, Saleh Bakri, Ayoub Missioui
Sinopsis: Halim lleva mucho tiempo casado con Mina, con quien regenta una tienda tradicional de caftanes en la medina de Salé, una de las más antiguas de Marruecos. La pareja vive desde siempre con un secreto que Halim ha aprendido a ocultar, pero la enfermedad de Mina y la llegada a la tienda de un joven aprendiz amenazan con perturbar este equilibrio. Unidos por el amor, cada uno tratará de ayudar al otro a enfrentarse a sus miedos.