Ficha Técnica
Título original:
La Fortuna
Guión: Alejandro
Amenábar, Alejandro
Hernández; Cómic:
Paco Roca y Guillermo
Corral
Duración: 6 ep. x 50 min
País: España
Idioma: Español; inglés.
Intérpretes: Álvaro Mel,
Ana Polvorosa, Stanley
Tucci, Clarke Peters,
T’Nia Miller, Karra Elejalde,
Manolo Solo

Sinopsis: Álex Ventura, un recién licenciado diplomático, se ve convertido en el líder de una aventura que pondrá a prueba todas sus convicciones: recuperar el tesoro submarino robado por la empresa cazatesoros de Frank Wild.
Crítica
«Aquello que se desconoce, no se puede proteger». Esta máxima ha sido uno de los lemas fundamentales en el ámbito de la protección y conservación del Patrimonio desde que apareció en el siglo XIX, pues llevó a la catalogación e inventariado de muchos bienes culturales para su restauración y preservación -algunos de los cuales, como la catedral de León, la necesitaban urgentemente-, evitando expolios y otros daños irreversibles. El patrimonio subacuático, en tanto patrimonio sumergido y, por tanto, oculto, resulta especialmente simbólico a la hora de tratar estos temas y, el «caso Odyssey», paradigmático.
Con los nombres de los protagonistas cambiados (y hasta desplazándonos desde Florida a Atlanta) para evitar problemas legales, Alejandro Amenábar -en esa línea tan democrática de crear héroes cotidianos de la que es, prácticamente, el único representante español- adapta el cómic de Guillermo Corral y Paco Roca sobre la recuperación del pecio de Nuestra Señora de las Mercedes. Si bien sabe mantenerse fiel a la obra original en cuanto a estructura, personajes y espíritu de aventura burocrática, también la expande dramática y temáticamente.
La serie está marcada, a diferencia del cómic, por el enfrentamiento entre opuestos: beneficio privado vs. esfera pública, Estados Unidos vs España -o más específicamente la Europa cultural vs los Estados Unidos neoliberales- Frank vs. Jonas, Alex vs. Lucía. Todo ello toma forma a través de los contrastes lumínicos y cromáticos: azul vs. naranja, frialdad vs. calidez. Si bien todo esto aparece matizado. Como si fuese el Ying-yang, aparecen puntos blancos en la mancha negra y, en la mancha blanca, puntos negros: no todos los estadounidenses son como Frank Wild ni todos los españoles prefieren la preservación cultural a la ganancia económica; ni siquiera el pirata es un hombre profundamente malvado o caricaturizadamente avaricioso, sino terriblemente humano. De esta forma, y a través de un mayor desarrollo de la relación romántica entre los dos protagonistas, Amenábar, como ya hizo en Mientras dure la guerra (2019), apuesta por el diálogo y la concordia, la superación de los prejuicios y un cuestionamiento autocrítico de los símbolos nacionales y la imagen exportada.
Sin embargo, el cineasta juega dentro de los géneros de Hollywood, moviéndose con fluidez entre ellos. Persecuciones, romance, espionaje o batallas navales históricas, todo tiene cabida en esta historia y todo está rodado con ecos a grandes películas estadounidenses (Spielberg, Casablanca); sin embargo, es, por la propia naturaleza del relato, en el subgénero judicial donde se muestra más brillante. Las réplicas y contrarréplicas perfectas pueden recordar a Lumet o a Mullingan, pero, en el fondo, su parentesco está más cercano a Erin Brokovich (Steven Soderbergh, 2000) o Aguas Oscuras (Todd Haynes, 2020), donde también se ficcionalizan las victorias reales de los Davides defensores de lo público contra los Goliats de intereses económicos privados.
Más allá de sus posibles virtudes y defectos, la miniserie logra sus dos objetivos últimos: adaptar con éxito el trabajo de Paco Roca y Guillermo Corral y difundir, a través del entretenimiento optimista, la difícil situación del patrimonio y apoyar, en la medida de lo posible, a la conservación de la fortuna que tenemos la suerte de heredar.
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