Se empieza a ver la última parte de esta serie que nos lleva acompañando durante cinco años con cierta esperanza, pero también sin mucha expectativa, considerando desde el principio que estas tres últimas temporadas han sido una prolongación innecesaria – ya que el robo al Banco de España, no supera al de la Fábrica de Moneda y Timbre.
Uno puede llegar a tener sentimientos encontrados, ambos bandos –policía y “resistencia” – merecen perder por cómo están actuando, sin ningún tipo de ética, ni moral, jugando sucio para conseguir su objetivo; intentando lograr el apoyo popular a través del engaño. Por eso, celebrar la aparición de Rafael y Tatiana puede parecer lo más lógico –es el único momento que te deja boquiabierto. Por fin, algo hace peligrar ese final feliz que se pronosticaba. Estos dos personajes protagonistas en la primera parte de esta quinta temporada, en esta segunda pasan a un plano casi insignificante, no se les da un cierre y hubiera sido una trama con mucho juego que dejan apagar. Cuando un final te sorprende se produce un momento cautivador y en este caso no ha sido así: era un final –a pesar de los percances con la inspectora Sierra y la aparición de Rafael y Tatiana – previsible. Es lo que se esperaba de este fenómeno mundial que opta por evitar el riesgo y complacer al espectador. Podría haber tenido un cierre de los que no se olvidan, pero pasará desapercibido como la mayoría.
Metiéndonos más en detalle, hay que admirar el trabajo de cada uno de los equipos técnicos. Es una serie muy completa y trabajada en los departamentos de producción, arte y fotografía, lo que hace que sea una serie espectacular a nivel visual, con una estética claramente definida. Destacar también el arco de transformación de los personajes a lo largo de la trama y cómo estos consiguen generar ese vínculo con el espectador. El ingenio con el que es planeado y contado, un robo que a bote pronto parece imposible, recuerda a los atracos más famosos del cine, películas cómo la trilogía de Ocean’s eleven, que generan esa satisfacción de ver cómo las piezas van encajando perfectamente y se va resolviendo el complejo puzzle. Y por supuesto, mencionar que han convertido en un himno para sus seguidores la canción Bella Ciao (canción popular italiana que fue adoptada por los partisanos como himno de la resistencia antifascista durante la Segunda Guerra Mundial).
Por otro lado, no se pueden pasar por alto ciertas deficiencias. Aun partiendo de que es, por supuesto, una ficción, hay cosas que no terminan de ayudar a dar credibilidad y en ciertos momentos a nivel narrativo se “les va de las manos”. Utilizan demasiadas conveniencias de guion e incluyen muchas partes innecesarias, como el triángulo amoroso entre Manila, Denver y Estocolmo. Temas serios como un brote psicótico parece que lo resuelven con un baile sensual y “un polvo”. También resulta repetitivo, echarle en cara tantas veces a Río que están ahí por su culpa, cuando todos saben que no es así. Estas escenas no ayudan a mantener la tensión del momento y hacen que te salgas de la historia, mientras que en otras partes se quedan cortos de tiempo y dejan, aunque sin demasiada importancia, algún pequeño cabo suelto, -por ejemplo, ¿qué pasa con Arturo y el abuso a la rehén?
Pero lo más importante es hablar del supuesto mensaje que pretenden lanzar: “los idealistas pueden cambiar el mundo” o “se puede lograr lo imposible”. Esto es completamente falso, usan a los fans y seguidores que les apoyan a las puertas del banco como simples marionetas, les engañan y les utilizan para su propio beneficio. No son héroes. No buscaban lanzar ningún mensaje de esperanza. El mismo profesor lo reconoce, él es un ladrón y roba no para dar una lección al mundo, roba porque es un ladrón.
Llegados a este punto y entendiendo esto último, se percibe una gran crítica en el fondo y no se puede evitar hacer cierta comparación. La casa de papel ha sido un espejo de la sociedad actual todo este tiempo y es ahora cuando queda evidenciado. Se entiende y es admirable cómo la banda del profesor consigue que el público apoye a un grupo de delincuentes que si no consiguen lo que quieren, pretenden hundir el país en el que viven, pero a la vez es bastante irónico. Es un interesante reflejo de lo que nos rodea, una sociedad en la que seguimos dividiéndonos en bandos y apoyando a gente que nos quiere hacer creer que están de nuestro lado cuando en realidad lo único que pretenden es conseguir su objetivo, sin importarles cómo. De la misma manera que en la serie no solo la banda del profesor, sino también el equipo del inspector Tamayo, busca manipular a la multitud, siendo conscientes del poder que ésta tiene para ponerla de su parte. Valiéndose de las triquiñuelas más rastreras comienzan una guerra entre egos que nos “obliga” a posicionarnos. Nos hacen seguir a la masa como ovejas en un rebaño, intentando evitar que tengamos un criterio propio y así poder utilizarnos para conseguir sus propios intereses.
Título original: La casa de papel Duración: 10 ep. x 50 min País: España Idioma: Español Dirección: Jesús Colmenar, Alex Rodrigo, Koldo Serra, Alejandro Bazzano, Javier Quintas, Miguel Ángel Vivas Guion: Álex Pina, Esther Martínez Lobato, Javier Gómez Santander, David Barrocal, Pablo Roa, Esther Morales, Luis Moya, Fernando Sancristóval, Almudena Ramirez Pantanella, Alberto Úcar, Ana Boyero, Emilio Díez, Juan Salvador López. Productores: Cristina López Ferraz Fotografía: Miguel Ángel Amoedo, David Azcano, Sergi Bartrolí, Mike Valentine, Unax Mendía Montaje: Raúl Mora, Patricia Rubio, Luismi Glez, Bedmar Música: Iván M. Lacámara, Manel Santisteban Intérpretes: Álvaro Morte, Úrsula Corberó, Itziar Ituño, Najwa Nimri, Pedro Alonso, Miguel Herrán, Jaime Lorente, Esther Acebo, Hovik Keuchkerina, Rodrigo de la Serna, Fernando Cayo, Patrick Criado, Darko, Peric, Fernando Soto, Belén Cuesta.
Sinopsis: La banda lleva más de 100 horas encerrada en el Banco de España. Ha conseguido rescatar a Lisboa, pero, tras perder a uno de los suyos, vive su hora más oscura. Sierra ha apresado al Profesor y, por primera vez, este no tiene un plan de fuga. Justo cuando parece que nada más puede salir mal, aparece en escena el enemigo más poderoso al que se han enfrentado hasta hora: el ejército. Se acerca el fin del mayor atraco de la historia, y lo que empezó como un robo acabará en guerra.
Un comentario en “Crítica ‘La casa de papel – Temporada 5’”