Ficha técnica
Título original:
Cryptozoo
Director: Dash Shaw
Duración: 95 min
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Intérpretes: Lake Bell
Micahel Cera, Alex Karpovksy
Zoe Kazan, Angeliki Papoulia.
Thomas Jay Ryan, Peter Stomare.
Grace Zabriski, Emily Davis.

Sinopsis: Lauren es una joven que de niña sufría terribles pesadillas hasta que un baku, un elefante pequeño de la mitología japonesa, acudió a su rescate absorbiendo sus malos sueños. Por ello decide convertirse en criptozoóloga y dedicar su vida a rescatar a estas criaturas de aquellos que las explotan. Por su parte, el ejército de Estados Unidos quiere hacerse con el baku para borrar los sueños de los jóvenes idealistas y revolucionarios. Cuando el baku escapa de Cryptozoo, donde vive junto al resto de críptidos, Lauren sale al rescate para encontrarlo antes de que lo hagan los militares.
Crítica:
La animación siempre ha gozado, en comparación con el cine de acción real, de una gran libertad, argumental, tonal y formal. Aquello que se puede dibujar o generar por ordenador o plastilina no está limitado por el registro de la realidad, sino por la propia imaginación. Por ello, una película sobre críptidos solo se puede concebir en animación.
Con un apartado visual que mezcla la pintura griega clásica con el cómic underground -de hecho, hay pasajes de la historia que se habrían beneficiado si hubiesen sido contados en ese medio-, el espectador entra en un fabuloso mundo, entre lo lisérgico y lo imposible, donde las criaturas mitológicas de diferentes culturas toman forma y vida. Un fascinante desfile de aquello que habitó en los inmateriales límites de la imaginación humana, que se vinieron abajo con el avance del capitalismo.
Todo el componente crítico que impulsa a Cryptozoo tiene un carácter bidireccional. Por un lado, la codicia capitalista que arrasa con todo a su paso, destruyendo los valores ontológicos de los críptidos en la búsqueda de un supuesto valor materialista, queda representada en la banda de traficantes; y, por otro, la arrogancia de aquellos que pretenden ser salvadores, sin pararse a observar si sus víctimas necesitan salvación, pues existen como reacción a los primeros. Por tanto, en el fondo, habla, en claro y justo tono negativo, de la inevitabilidad de que el ser humano interfiera en la naturaleza (como si el propio ser humano fuese algo ajeno a la misma), impulsado por el egoísmo y la falta de empatía. Un mensaje indudablemente necesario que se abre su abanico temático para tratar, a través de la experiencia críptida, situaciones como la exclusión social, el bullying, el racismo, la normatividad o la homofobia.
Comparada con Jurassic Park (1993), las similitudes con esta empiezan y terminan con la presencia de un zoo, pero puestos a compararla con películas de Steven Spielberg, es mucho más cercana a En busca del arca perdida (1981), en tanto es una película de aventuras donde los protagonistas evitan que los críptidos caigan en las manos equivocadas; sin embargo, carece del espíritu de aventura pulp y busca con más entusiasmo la comunicación de un mensaje también distinto. Si bien la seriedad autoimpuesta y la autoconsciencia de la importancia del mensaje pueden dificultar el recorrido de su tramo intermedio, Crypotzoo fascina en su faceta estética, convence en su necesaria voluntad ecologista y conmueve en su alegato antimaterialista.
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