Ninjababy

Ficha técnica:

Título original:

Ninjababy

Directora: Yngvild Sve Flikke

Duración: 103 min

País: Noruega

Idioma: Noruego

Intérpretes:  Kristine Kujath

Thorp, Arthur Berning, Nader

Khademi, Tora Dietrichson,

Silya Nymoen, Herman

Tømmeraas

Elamedia Estudios

Sinopsis: A los 23 años la vida de Rakel cambia cuando se entera, quizás demasiado tarde, de que está embarazada. Rakel es ilustradora y le encanta estar involucrada en diferentes proyectos, pero ¿criar a un bebé? Rakel debe enfrentarse a esa pregunta antes de lo esperado, y la sorpresa es doble: está de seis meses, por lo que no hay opción de abortar. Amante de la cerveza, las drogas y el sexo sin apegos, no tiene ningún interés en ser madre. Antes de tomar ninguna decisión, comienza a dibujar a su “ninjababy” que no le pondrá las cosas nada fáciles.

Crítica:

Preguntarse qué obras no podrían hacerse hoy en día es, por lo general, un acto de nostalgia acrítica que tiende a centrarse en la pérdida de ciertos elementos asociados al privilegio, mientras se olvidan de un buen puñado de obras actuales que habrían tenido una vida muy complicada décadas atrás. El boom del cine feminista, que ha tenido la maternidad como uno de los temas fundamentales, o del cine queer, que se construye a partir de la identidad, son ejemplos de ello. De forma similar, parece querer operar el cine basado en cómics que, de un tiempo a esta parte, se ha diversificado, alejándose de los blockbusters o películas de serie B superheroicas y consolidándose como una de las principales vías de innovación estilística y uno de los medios que más aportan al audiovisual contemporáneo. En ese sentido, Ninjababy seguramente sea una de las películas que vaya a pasar más desapercibida a lo largo de este 2022 que más en sintonía está con nuestro tiempo.

Estilísticamente, nace a la sombra del cine superheroico mainstream, y juega muy bien su carta de producto underground, pero sin dejar por ello de ser accesible a todo el mundo. Lo primero que llama la atención es el uso de la animación que se mezcla con la imagen real y, acto seguido, inevitablemente, se relacionará con la reciente Heartstopper (2022-), la omnipresente Spider-Man: Un nuevo Universo (2018) o la reivindicable American Splendor (2003), por poner unos ejemplos de obras que recurren a este tipo recursos animados visuales como herramienta para potenciar la expresividad. No obstante, ese divertido y versátil juego con la animación solo es el comienzo de una serie de decisiones narrativas y de puesta en escena que hacen de la película se sienta, en su conjunto, como una novela gráfica; decisiones que cobran una nueva dimensión en la última escena (previsible desde la primera secuencia, aunque no por ello menos poderosa).

Por otro lado, la propia temática y el humor son muy herederos del cómic más independiente y de autor. De hecho, se siente como el polo opuesto, o la hermana joven, de la ya mencionada American Splendor, adaptación del cómic homónimo de Harvey Pekar a cargo de Robert Pulcini. Ambos casos juegan con el humor metaficcional y la animación para narrar las penurias de seres solitarios con tendencia a lo escatológico. Aquí, sin embargo, nos encontramos con una pulsión mucho más humanista. La confusión existencial propia de la generación, que ya aparecía con un carácter más paternalista en la aclamada La peor persona del mundo de su compatriota Joachim Trier, se entremezcla con la maternidad —o, mejor dicho, con la ausencia del instinto maternal— y de ese matrimonio surge uno de los personajes femeninos del año (¡tiene amigas! Aprende, Trier), un elemento que ha llevado a la crítica y al público a emparentarla con Juno (2007). Las comparaciones con la cinta protagonizada por Elliot Page son inevitables y hablan de la escasez de este tipo de ficciones, pues que la obra de Yngvild Sve Flikke se vea asociada, pese a navegar por otros mares, a la de Jason Reitman por sus ligeros parecidos argumentales deja patente una carencia de referentes.

Rakel es una joven confusa que no sabe qué hacer ni con su cuarto ni con su vida y, a partir de ahí, todo tipo de situaciones sirven para desmitificar, a través del humor, algunas narrativas (patriarcales) en torno a la maternidad, al tiempo que telegrafía los temores, preocupaciones y deseos de las generación Z. Yngvild Sve Flikke e Inga Sætre (autora del cómic que se adapta y co-guionista de la película y encargada de la animación) hablan del miedo, de la angustia, de la ansiedad y de fallar, del caos del mundo y de verse obligada a madurar, de la imposibilidad de la perfección y el orden y de que cualquier cosa por apocalíptica que parezca, vista desde la perspectiva que da una broma, no es tan grave. La ternura, la empatía y el humor (que no son contrarias a la mala baba) que imprimen las autoras y el humanismo que transmite la gran interpretación de Kristine Kujath Thorp equilibran lo dramático del relato existencialista, logrando una cinta agridulce que conmueve tanto en sus luces como en sus sombras.

Quizá un buen resumen lo encontramos en la escena en que Rakel lleva a su interés romántico a una tienda de cómics. En la balda aparecen Bone de Jeff Smith, Persépolis de Marjane Strapi y un tercer cómic noruego no identificado de naturaleza, aparentemente, escatológica y estilo feísta. Ninjababy bien podría ser el resultado de la mezcla alquímica de esos tres cómics. Tiene la ternura y la aventura en un mundo desconocido de Bone, el carácter reivindicativo y didáctico de Persépolis y la desinhibición del cómic más underground. La segunda película de Yngvild Sve Flikke es una divertida y conmovedora comedia meta sobre lo agridulce de la existencia actual, cuya única pega importante es el desastroso doblaje al español.

Elamedia Estudios

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