Miguel ángel Vivas vuelve a gran pantalla tras una larga temporada más dedicado a codirigir series de éxito nacional e incluso internacionales como son La casa de papel o Vivir sin permiso. Su último largometraje, Tu hijo (2018), contó con José Coronado al frente del elenco y se llevó muy buenas valoraciones y varias nominaciones. El director regresa con otro thriller dramático que, en esta ocasión, acompaña a una antidisturbios que lucha por salvar su vida al complicarse de forma inesperada el desalojo de un edificio.
Asedio presenta una propuesta arriesgada, pero sin fisuras en cuanto a trabajo técnico y visual. Todos los aspectos están muy bien tratados, y cuentan con una intención clara y definida: hacer de la cinta una experiencia claustrofóbica y angustiosa.
Para comenzar, destacar el buen uso de los planos secuencia que se plantean como un recurso esencial para conseguir el carácter buscado. Construidos con el seguimiento cámara en mano de la actriz protagonista: el otro punto fuerte del film. El personaje es interpretado por Natalia de Molina de forma sobresaliente, a pesar de la exigencia que ha debido suponer este papel, ya que todo el peso de la cinta recae sobre ella. Estos planos secuencia se entremezclan con primeros planos y planos detalle, en los que, además, solo está definido el primer término, el resto de personajes aparecen desenfocados, difusos o fuera de campo, aumentando así la presencia y protagonismo de este personaje principal. Todas las emociones y la sensación de encierro que se busca con la forma de grabar y montar se ve potenciada por el uso de la luz, los contrastes, el montaje e incluso en algunos momentos la pantalla en completa oscuridad, además del formato de 4:3 en el que se proyecta la película.
En algunos de estos aspectos, por supuesto salvando las distancias, recuerda a la reciente aclamada serie de Rodrigo Sorogoyen, Antidisturbios, también contiene varios importantes planos secuencias, la grabación cámara en mano, el seguimiento de los personajes y claro, la profesión de los mismos. Sin embargo, no está al nivel de la serie. Y es que ahora vienen los peros. Es el guion y el desarrollo del argumento lo que deja un sabor agridulce. Peca de ambición al pretender contar demasiadas cosas y no terminar de decantarse por ninguna de ellas sino entremezclarlas, lo que hace que de forma individual pierdan fuerza, generen confusión y se diluyan entre potentes imágenes.
Comienza pareciendo un thriller policiaco en el que se usa un desalojo como pie a desencadenar una trama de corrupción, pero a medida que avanza esto pasa a un segundo plano. Y el edificio se convierte en un campo de batalla, alojando en su interior una guerra de clases. El priorizar la provocación y la crítica social hace que por momentos se pierda el control de la historia y desconecta al espectador sin saber muy bien cual es realmente el hilo conductor. Finalmente, el cierre no hace más fácil entender el desarrollo de los acontecimientos sino que desencadena en un final muy abierto que deja un regusto contrapuesto: ya que, en cuanto a dirección y técnica visual, se puede disfrutar, pero la historia no termina de acompañar de forma correcta este despliegue de medios.
Título original: Asedio Duración: 99 min País: España Idioma: Español Dirección: Miguel Ángel Vivas Guion: Marta Medina Productores: Enrique López Lavigne Fotografía: Rafael Reparaz Montaje: Luis de la Madrid Música: Sergio Acosta Intérpretes: Natalia de Molina, Bella Agossou, Francisco Reyes, Fran Cantos, Chani Martín, Jorge Kent, Óscar Eribo, Efraín Rodríguez, Lucas Nabor
Sinopsis: Dani siempre pensó que ser policía era una forma de proteger a la gente, de hacer justicia. Pero durante un desahucio en un barrio conflictivo de Madrid, se encontrará con un dinero escondido, una trama de corrupción policial y un crimen que harán que tenga que huir por su vida en un territorio hostil, en el que no conoce el idioma, no es bien recibida y su autoridad no vale nada.