Ficha técnica:
Título original:
The Northman
Director: Robert Eggers
Duración: 136 min
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Intérpretes: Alexander
Skarsgård, Nicole Kidman,
Claes Bang, Anya Taylor-Joy,
Ethan Hawke, Willem Dafoe,
Björk, Gustav Lindh, Oscar
Novak, Kate Dickie, Ralph
Ineson.

Sinopsis: El joven príncipe Amleth está a punto de convertirse en hombre cuando su tío asesina brutalmente a su padre y rapta a su madre. El niño consigue huir de la isla en una barca, pero jura venganza. Dos décadas después, Amleth se ha convertido en un guerrero berseker dedicado al pillaje de pueblos eslavos, pero una vidente le recuerda su promesa: vengar a su padre, salva a su madre y matar a su tío. Amleth regresa a Islandia en un barco de esclavos y se infiltra en la granja de su tío con la ayuda de Olga, una esclava, para cumplir su promesa.
Crítica:
En una época en la que la estética vikinga se ha visto estirada hasta el extremo con productos como Vikings (tras la muerte de Ragnar), The Last kingdom o Barbarians, en donde parecen destacar más peinados con trenzas y los golpes de pecho, El hombre del Norte llega para mostrar que hace realmente atractiva la estética vikinga sin grandes florituras, con la elegancia y la belleza que Robert Eggers domina.
Al igual que sus películas anteriores, esta historia comienza como una representación de los cuentos que escuchábamos de pequeños y que siempre han existido. Una vez más, esta podría ser una historia que nos cuenta a la luz de una hoguera, la historia de un niño que vio cómo su tío mata a su padre y se casa con su madre, un clásico. Incluso la composición de los planos simétricos (tan característicos del director) recrea los bordes de un escenario. Es por ello también que Eggers ha desplazado el terror y ahora se mueve en la acción más salvaje (un volcán apunto de entrar en erupción abre la película), empezando por su protagonista, un berseker. La violencia en esta película toma un papel crucial y se estiliza. No hay grandes explosiones de sangre, pero en sus anteriores películas, al estar basadas en el terror, la violencia se mostraba súbita, sucia. Aquí, la acción esta perpetrada por bestias y, por tanto, todo es brutal, pero estratégico. Eggers sabe qué mostrar y qué no, cuándo ser visceral y cuándo generar suspense, cuándo ser el cazador y cuándo la presa.
Toda la cinta puede describirse como animal. Un cúmulo de estructuras narrativas ya conocidas, pero que se explotan de manera perfecta a través de la puesta en escena. La iluminación, aunque se mantienen naturalistas en su mayoría, recurre siempre que puede al fuego para expresar la rabia del guerrero o ignora el color durante la noche y se torna blanca y negra, como un cazador que necesita ver en la oscuridad. Todos estos elementos acompañan al protagonista en un viaje en lo que lo único que importa es la venganza, en donde no hay contemplaciones de ningún tipo y en donde se elimina a cualquiera que se ponga en el camino.
Una vez más, Eggers no está tan interesado en su historia como en los elementos que la componen. No es más que la clásica historia de venganza (recoge, entre otros relatos orales, la leyenda que inspiró Hamlet, una de las obras que sirve de arquetipo para las historias de venganza), con algún que otro giro final y donde el interés romántico solo sirve para perpetuar el linaje. Sin embargo, solo el vestuario del protagonista nos dice más sobre él que los propios diálogos, ya que comienza siendo un niño delicado, con capa roja de terciopelo para luego convertirse en depredador agriado con pieles de lobo y finalmente desnudarse y mostrarse en todo su ser, un guerrero.
En definitiva, El Hombre del Norte continúa la carrera de Eggers demostrando ser uno de los directores más talentosos de la última década a través de su estilo y puesta en escena. Aunque en el terreno del terror resultaba ser más interesante por lo novedoso de su propuesta, esta es una gran película que da la vuelta al género vikingo y lo convierte en algo más atmosférico, pictórico.
Un texto de Pablo Solanas