Crítica ‘Hasta el fin del mundo’

Puntuación: 3 de 5.

El western es muchas cosas. Es un género, pero también un tema; es el Oeste, pero también el movimiento del tren; es la libertad, pero también la ley y el progreso; es Rousseau, pero también Lincoln; es violencia, pero también melodrama; es el final y el inicio del viaje. Es paisaje y es gesto.

El segundo largometraje de Viggo Mortensen como director (y como guionista y compositor) cambia de registro, desde el melodrama social a partir de un conflicto generacional, expiación del fallecimiento de su progenitor, hasta el western melodramático, fruto de sus inquietudes cosmopolitas. Contada en dos tiempos, Hasta el fin del mundo narra la historia de amor de Vivienne Le Coudy y Holger Olsen, dos inmigrantes —una francesa, otro danés— que se asientan en Oregón; en el presente, Vivienne ha muerto y Holger y su hijo, Vincent, emprenden un viaje hacia el mar, una búsqueda de venganza, pero también de libertad; en el pasado, toma forma la trama romántica, el verdadero corazón de la película. Con este vaivén temporal, se erige un discurso sobre la familia, sobre los errores, sobre la mujer, sobre el duelo, sobre la propia esencia de Estados Unidos y, sobre todo, sobre los afectos.

Un mirada romántica y mitificadora, pero no en exceso; pausada, cauta. Hasta el fin del mundo se erige casi exclusivamente desde el paisaje y el gesto pequeño, no desde el aspaviento o la acción. Traspasan la pantalla el mimo y el cuidado con el que Viggo Mortensen ha orquestado la producción. Cómo quiere a sus personajes, a los lugares, a sus caballos, a sus intérpretes, cómo cuida cada engranaje de la gran maquinaria que es la película. Más que artesanal es amateur, en el sentido más literal y poderoso del término. Sus modestas imágenes respiran polvo y se construyen de luz natural. Las bellas localizaciones coexisten en armonía con sus personajes, sin imponerse ni subyugarse a ellos; lo mismo ocurre con su puesta en escena, más preocupada de sostener y elevar a sus actores que de significar en solitario.

Mortensen reivindica, sin dejar de lado la épica del duelo final, los pequeños gestos: las manos arrugadas y trabajadas, las miradas, los acentos extranjeros. No levanta nunca la voz, ni siquiera en los momentos más tensos —solo con la desaparición del hijo se permite la urgencia de la cámara en mano, rompiendo el estatismo al que tienden las imágenes—, la película se muestra calmada, contenida, pues, como Perfect Days, no necesita de grandes estridencias o movimientos orquestales para conmover. Todo surge un lugar de honestidad inusitado: si uno escucha a hablar a Mortensen en entrevistas, charlas, ruedas de prensa…, no es difícil ver aquello que escribían sobre la visión del mundo de su director filtrándose a través de la forma fílmica.

Dicho esto, es imposible dejar de pensar en Hasta el fin del mundo como una película de clase media de los años 90. Heredero de Clint Eastwood —los rastros de Sin perdón van más allá del argumento de venganza—, pero también de Peter Weir o, en menor medida, Kevin Costner, su puesta en imagen tiende al clasicismo, neoclásica. Aunque se permita licencias, sobre todo en montaje, que revelan su condición contemporánea. No obstante, no solo aparece anclada al pasado en la forma, sino también en ciertos dejes en la construcción del discurso feminista. Estrenada hace 30 años, hoy sería un clásico incuestionable, pero una película fructifica exactamente cuando quiere, ni pronto ni tarde y, pese a todo y por factores externos a la propia obra, hoy puede aportar más al mundo audiovisual que entonces. El mundo es prestado, pero la mirada sobre él no. Y, a veces, eso es el universo entero.


Título original: The Dead Don’t Hurt Duración: 130 min País: Estados Unidos, Dinamarca, México, Reino Unido, Canadá Idioma: Inglés, español, francés Dirección: Viggo Mortensen Guion: Viggo Mortensen Productores: Viggo Mortensen, Regina Solórzano, Jeremy Thomas, Angela Blair, Mark David, Gabriel Del Valle, Gia GAllligani, Paula Astorga, Daniel Bekerman, George Bennett, Ivan Kelava Andrew Kotliar, Jesper Morthost, Roberto Paxon, Gabriel Terrazas, Peter Watson Fotografía: Marcel Zyskind Montaje: Peter Pedersen Música: Viggo Mortensen Intérpretes: Vicky Krieps, Viggo Mortensen, Solly McLeao, Farret Dillahunt, W. Earl Browm , Danny Huston, Shane Graham, Rael Plana, Atlas Green

Sinopsis: Vivienne Le Coudy, una mujer tremendamente independiente, se embarca en una relación con un inmigrante danés llamado Holger Olsen. Después de conocer a Olsen en San Francisco, Vivienne accede a viajar con él a su casa, cerca del tranquilo pueblo de Elk Flats, donde comienzan una vida juntos. Sin embargo, la Guerra Civil los separa, dejando a Vivienne sola en un lugar controlado por el poderoso ranchero Alfred Jeffries y su violento y descarriado hijo, Weston.


Wanda Visión / Elástica Films

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