La última película del director de Oldboy llega a las salas después de un exitoso recorrido por festivales, con algunos premios —Mejor Director en el pasado Festival de Cannes— y varias nominaciones. Destacando en varios aspectos técnicos, Decision to leave entremezcla dos historias y, demostrando así la destreza de su autor, navega con fluidez entre varios géneros. Por un lado, tenemos un thriller policiaco con elementos clásicos del cine de acción; por otro, un malsano y morboso melodrama romántico. Ambas historias convergen y giran en torno a la protagonista, una femme fatale —aunque con ciertos matices, ya que se pueden apreciar luces y sombras dentro de ella— sacada del más puro cine negro. A pesar del coprotagonismo compartido con el policía, incluso siendo este un personaje más principal —también fuera del estereotipo—, es ella la guía de este relato en el que hay lugar para la obsesión, el arrepentimiento y la culpa.
Sore juega a su antojo con la mente del detective que, mientras sus sospechas hacia ella crecen, se quedará atrapado en la red de engaños que ella teje a su alrededor para conseguir salirse con la suya. La sutileza de las miradas y de los gestos es lo que hace entender rápidamente que entre ellos se crea un vínculo más allá de policía-sospechosa. Las imágenes y las expresiones, acompañadas por todos los elementos artísticos, colocan a los personajes en perfecta sintonía dentro de la escena, con lo que nos transmiten y con lo que estamos viendo e imaginando. Dudas constantes que, a través de las pausas y los tiempos, hacen que todo se sumerja en una atmósfera de misterio y desconfianza incluido el espectador que, a pesar de la larga duración de la producción –casi dos horas y media– y el lento desarrollo le hacen entrar en la enrevesada trama de manipulación, suspense y acción.
Con ese aire del cine negro clásico y la calidad técnica del cine actual, destaca un uso del color muy representativo para una valiosa puesta en escena. Otro de los elementos a destacar que modela el film de forma especial es el magnífico montaje —esta categoría se llevó la espiga en esta última edición de Seminci— que hace posible jugar con la percepción de las imágenes. Planos que superponen a los personajes en la misma imagen aunque estén en espacios separados, algún zoom out, composiciones que juegan con los reflejos en diferentes superficies… dan luz a un guion que Park Chan-Wook enreda con giros más o menos esperados, pero con una buena y clara estructura, acompañada de unas valiosas interpretaciones, consiguiendo gestar la sospecha y hacer al espectador dudar continuamente sobre quien dice la verdad y cuando, introduciéndole en la delirante mente del protagonista.
Decision to leave está dividida en dos partes llenas imágenes embaucadoras que te mantendrán pendiente de cada movimiento, reflejo y detalle por insignificante que pueda parecer. La primera sirve para preparar el terreno, sembrar y entender todo lo que se planteará en la segunda, la cual comienza gracias a un inesperado encuentro que reaviva un pasado del que les será difícil escapar, desembocando en un final sorprendente e impactante.
Título original: Heojil kyolshim Duración: 138min País: Corea del Sur Idioma: Coreano, chino Director: Park Chan-wook Guion: Jeong Seo-Gyeong, Park Chan-wook Productores: Jisun Back, Park Chan-wook, Ko Dae-seok Fotografía: Kim Ji-yong Montaje: Kim Sang-beom Música: Cho Young Wuk Intérpretes: Tang Wei, Park Hae-Il, Park Yong-woo, Yoo Seung-mok, Kim Shin-young, Lee Jung-hyun, Seo Hyun-woo, Park Jung-min.
Sinopsis: Hae-Joon, un veterano detective, investiga la sospechosa muerte de un hombre en la cima de una montaña. Pronto, comenzará a sospechar de Sore, la mujer del difunto, mientras la atracción que siente por ella le desestabilizará.