Dicen que a la tercera va la vencida. No sé si es el caso, pero selftape es el tercer original de Filmin, tras Doctor Portuondo y Autodefensa. La cinta creada por las hermanas Vilapuig, Joana y Mireia, estrellas infantiles en la serie Pulseras rojas, puede parecer, a priori, una continuación más descafeinada de la polémica creación de Berta Prieto y Belén Barenys (y Miguel Ángel Blanca), al fin y al cabo, narra las desventuras vitales de dos jóvenes artistas barcelonesas; sin embargo, es la única de las tres producciones que consigue salirse un poco del marco establecido por sus dos predecesoras.
En primer lugar, la autoficción: tanto Autodefensa como selftape como, en menor medida (pues el actor protagonista no se está interpretando a sí mismo), Doctor Portuondo parten de una mirada interior y un deseo de plasmar su vida en la pantalla haciendo patentes y visibles los puentes que unen ambos mundos. Segundo, su carácter generacional: todas ellas están escritas por y para las nuevas generaciones (millenials y Gen Z), buscando atrapar el zeitgeist actual. En tercer lugar, irónicamente, su voluntad de romper moldes: si hay algo que no se les puede negar es su capacidad disruptiva, renovando estéticamente el panorama televisivo español (algo que comparten con algunas de las series de Atresplayer Premium, como La Veneno o La ruta. Empresas intentando abrirse un hueco en el mercado); particularmente un serie como Autodefensa, que se reinventaba a cada episodio. Y, por último, porque son historias protagonizadas por la burguesía catalana, con sus problemas y sus triunfos.
selftape consigue coger algo de distancia respecto a esta tendencia, aún participando de ella, y eso termina por darle el aire suficiente. En primer lugar, no solo no escapa de la autoficción, sino que es quién más lejos lo lleva. La mezcla de ficción con material de archivo e incluso con «el making off» de la propia serie hace que las imágenes de la serie estén en perpetuo cuestionamiento acerca de su verdadera identidad, algo que no se resuelve hasta los instantes finales. Luego: protagonistas jóvenes check, fiestas check, nihilismo millenial check, MeToo check, amigos LGBT check, naturalismo digital check. Después, Es cierto que quizá no sea tan rompedora estéticamente como su inmediata predecesora, pero lo es, y en mayor medida, en las capas más profundas. Si Autodefensa era Leos Carax y Doctor Portuondo, Network (Sidney Lumet, 1976), seltape es El show de Truman (Peter Weir, 1998) rodado por Eliza Hittman.
Por último, sí se adivina cierto distanciamiento de los problemas de la burguesía. Es cierto que se mantienen, en fondo y forma, en ese contexto (al fin y al cabo, son lo que son); sin embargo, sí son capaces de abstraerse y mostrar cierta conciencia de clase a través de dos vías. Por un lado, la ya mencionada denuncia feminista que, si bien recorre senderos ya acomodados, logra un crudeza que pocas veces se ha hablado en el panorama audiovisual nacional (¡y, por fin, se abordan estas cuestiones en la industria española, porque, como dijo Julián López, vamos con diez años de retraso). Y, por otro, la situación precaria de ambas, pero particularmente Joana, reincide en una realidad: la mayor parte de los actores y actrices no viven del cine. Es en este relato de los límites de la burbuja y su fragilidad donde se agrieta el discurso burgués y se cuela el discurso de clase.
Y, pese a todo, donde muestra más recorrido es en el aparato emocional. La serie, que logra encapsular toda la complejidad de una relación fraternal, es un viaje contradictorio y conmovedor a través de viejas heridas, celos, amor, apoyo o tensiones psicológicas acentuado por la dirección de Bàrbara Farré. La aproximación al naturalismo pseudodocumental, que a veces se entremezclan con ciertos elementos poéticos, es inteligente y orgánica y que remite en no pocas ocasiones al ya mencionado cine de Eliza Hittman, particularmente a su último largometraje Nunca, casi nunca, a veces, siempre (2021), siempre donde muchos de los recursos formales y algunos de los temas (la sororidad frente a todo) ya se encuentran. En todo momento se muestra únicamente que hay que mostrar y, en ese sentido, destacan los enfoques/desenfoques y el uso del primer plano/plano medio como herramienta fragmentadora. Son ellas contra el mundo.
selftape puede ser una las series españolas del año. Enmarcada de forma clara en la que parece ser la línea editorial de Filmin, logra convencer a través de sus emociones y, con ello, continuar abriendo un hueco en el panorama televisivo español, donde empieza a florecer la producción independiente.
Título original: selftape Duración: 6 eps x 35 min País: España Idioma: Catalán, español Creadores: Joana Vilapuig, Mireia Vilapuig Dirección: Bàrbara Farré Guion: Joana Vilapuig, Mireia Vilapuig, Carlos Robisco Peña, Clara Esparrach, Ivan Mercadé Productores: Joana Vilapuig, Mirei Vilapuig, Ivan Mercadé, Valentina Chidichino, Laura Fernández Brites, Carlos Fernández, Pau Freixas, Jaume Ripoll Fotografía: Lucas Casanovas Montaje: Ona Bartrolí, Estrel New Roman Música: Clara Aguilar Intérpretes: Joana Vilapuig, Mireia Vilapuig, Marc Ribera, Mique Sitjar, Joan Esteve, Yolanda Sey, Elisabeth Bonjour, Camila Ruiz, Gary Anthony Stennette, Pablo Derqui, Abril Zamora.
Sinopsis: Las hermanas Joana y Mireia son dos jóvenes actrices que conocieron el éxito, y todo lo que conlleva la fama, a muy temprana edad. Años después, Mireia vuelve a Barcelona después de triunfar como actriz en Oslo. El frío recibimiento de su hermana Joana no es el que se esperaba. Incapaces de comunicarse y arreglar las cosas, todo da un vuelco cuando le ofrecen a Mireia un papel que tenía que hacer Joana. A partir de este momento saldrán a la luz secretos, mentiras y traumas del pasado que obligarán a las dos hermanas a replantear muchos aspectos personales de sus vidas, como el trabajo, el amor, la amistad o su propia relación.