Ficha técnica:
Título original:
Maigret et la jeune morte
Director: Patrice Leconte
Duración: 89 min
País: Francia
Idioma: Francés
Intérpretes: Gérard Depardieu,
Aurore Clément, Mélanie Bernier,
Anne Loiret, Clara Antoons,
John Sehil, Norbert Ferrer,
Jade Labeste, Bertrand Poncet,
Hervé Pierre.

Sinopsis: París, década de 1950, el cuerpo de una hermosa joven vestida con un elegante traje de noche aparece en mitad de una plaza. El célebre inspector Jules Maigret se encarga de investigar el caso, pero le resulta imposible identificar a la víctima, porque absolutamente nadie parece haberla conocido ni recordarla. En el transcurso de sus indagaciones, el camino de Maigret se cruza con el de Betty, una joven delincuente con un parecido sorprendente con la víctima. Todo ello despierta en Maigret el recuerdo de otra desaparición mucho más antigua e íntima.
Crítica:
Patrice Leconte en esta adaptación de la novela de Georges Simenon, Maigret et la Jeune Morte, sobre el icónico inspector de policía Jules Maigret —interpretado por un brillante Gérard Depardieu—, retrata el París de los años cincuenta; un París roto. Un París gris y melancólico; un París alejado del glamour y la vanidad habituales. Maigret es una historia sombría y dramática, con un marcado estilo clásico que recuerda al más puro cine negro.
Lo primero que llama la atención es el aspecto visual con una estética muy cuidada, y la composición de las escenas muy trabajadas, situando toda la historia dentro de una atmósfera espesa, fría y nebulosa. Caracterizada por una gama de colores fríos, destacando los tonos grisáceos que inundan la cinta de nostalgia y melancolía. Contrastes muy marcados y personajes silueteados, escenas fuera de campo y significativos planos detalle dan al largometraje una fuerte personalidad y hacen apreciar la sutileza de algunos planos y el elaborado y exitoso trabajo de la dirección artística y de fotografía.
Toda esta estética nos transporta a un mundo turbio y oscuro, al drama alrededor del duro y complejo caso de investigación que lleva el protagonista: el asesinato de una joven. Así se nos muestran los peligros de la gran ciudad, sobre todo para las ingenuas chicas de pueblo que van a París en busca de un sueño, de una oportunidad que puede verse truncada por culpa de su inocencia. Pero esta no es la única tragedia que nos narra. Jules Maigret vive su propia desgracia personal. Si bien no se llega a profundizar en ella, dando apenas unas sutiles pinceladas al espectador, adquiere una gran presencia empapando la historia de una inmensa y continua tristeza. Un drama interior que marca el carácter del personaje en todo el largometraje. Un ser melancólico y triste con la necesidad de resolver el caso y ayudar a otra joven que, sin saberlo, sigue los pasos de la reciente asesinada. La interpretación de Depardiue hace que rápidamente se empatice con el personaje y su personalidad introvertida que se evidencia en contundentes silencios que dicen mucho. Con el uso de las palabras justas y necesarias se crean unos diálogos directos, mientras que algunas conversaciones son sustituidas por miradas reveladoras que expresan todo a lo que la voz no llega.
“The eyes, chico. They never lie”.
Una narrativa lenta y uniforme que es capaz de mantener el suspense hipnotizando al espectador que sigue el caso desde una perspectiva cercana en lo emocional, pero lejana en lo intelectual: apenas sabe poco más que los personajes y descubre junto al inspector cada nueva pista. Inspector, que recuerda mucho a otro de sus compañeros de profesión mas famosos en las novelas de misterio: Hércules Poirot, creado por Agatha Christie y cuyas investigaciones en el papel también han sido adaptadas a la gran pantalla. Aunque sus personalidades disten mucho, tienen algo en común: la perspicacia, la inteligencia, su capacidad de observación y la creatividad para resolver sus casos. Sin duda, un género que nunca pasará de moda y sus fieles seguidores podrán seguir agradeciendo películas como esta. En todos los sentidos, bien hecha.